miércoles, marzo 12, 2008

Lazare Ponticelli (1898-2008)

La última memoria de uno de los acontecimientos más dramáticos de la historia de la humanidad se ha extinguido hoy para siempre. Lazare Ponticelli, el último poilu (literalmente, peludo), sobrenombre cariñoso aplicado a los veteranos franceses de la Primera Guerra Mundial, ha fallecido este mediodía en la localidad de Kremlin-Bicêtre, en los alrededores de París, donde vivía con su hija. Ponticelli era el único superviviente de los ocho millones de soldados que combatieron del lado francés en la Grand Guerre y recibirá un homenaje nacional en los próximos días.

Ponticelli tendrá un entierro de héroe tras una vida de novela. Nació italiano en la localidad de Bettola, al norte del país, en el seno de una familia muy pobre. Tras la muerte de su padre y de uno de sus siete hermanos, su madre emigró a París para probar suerte y le dejó a cargo de unos vecinos. Pero al poco tiempo el pequeño decidió seguir la suerte de su familia y, a pie y siguiendo la vía del tren, se plantó con sólo nueve años en la frontera francesa.

Así, sin saber leer, ni escribir, ni hablar francés llegó a la estación de Lyon, de Paris, unos días después. Allí desarrolló toda suerte de trabajos, incluido el de criado de Pierre y Marie Curie. En 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial, se alistó en la Legión Extranjera. Tenía 16 años pero mintió sobre su edad. Después fue enviado a Verdún, pero en 1915 fue desmovilizado para integrarse, contra su voluntad, en el Ejército italiano.

En 1920 Lazare volvió a Francia, donde creó una empresa con sus hermanos que acabó convertida en una pequeña multinacional con más de 3.500 empleados. Casi 20 años después, en 1939 en vísperas de otro conflicto bélico, solicitó y obtuvo la nacionalidad francesa. No fue movilizado para la Segunda Guerra Mundial debido a su edad (41 años), pero se comprometió con la resistencia.

Se jubiló en 1960 y el año pasado se convirtió en el único superviviente francés de la Primera Guerra Mundial tras el fallecimiento de Louis de Cazenave, también de 110 años. Aunque había rechazado inicialmente que se le oficiaran los funerales nacionales que había propuesto el Gobierno, a finales de enero pasado recapacitó y decidió aceptarlos en "nombre de todos los que murieron en la contienda".

Fuente

5 comentarios:

prometeo dijo...

Descanse en paz. Un abrazo.

Calderas dijo...

mucho le

Calderas dijo...

110 años vivio?

calderas de gas dijo...

un icono de la historia

calderas de gas dijo...

un icono de la historia