miércoles, junio 13, 2007
Albert Fish (y 2ª Parte)
Nadie podía haberse imaginado que ese abuelito entrañable de más de 65 años, de rostro demacrado, cuerpo encogido y fatigado, cabello y bigote gris, ojos tímidos podía esconder una personalidad como la que revela su informe psiquiátrico: sadismo, masoquismo, castración y autocastración, exhibicionismo, voyeurismo, pedofilia, homosexualidad, coprofagia, fetichismo, canibalismo e hiperhedonismo.
Nacido bajo el nombre de Hamilton Fish el 19 de Mayo de 1870 en Washington D.C. A los 5 años muere su padre así que su madre lo interna en un orfanato mientras ella trabaja para mantenerse. Expuestos los niños a constantes maltratos y abusos, Fish considera que era de los únicos que anhelaba llegara la hora de los cuerazos. Desde ese momento era ya un pequeño masoquista. Desde muy niño se siente atraído por el sadomasoquismo, se divierte infligiendo dolor a los demás y sobre todo a él mismo. Sigue con atención los artículos de crímenes en la prensa, y colecciona sobre todo aquellos de los asesinos en serie caníbales, con los que se siente identificado.
A los veinte años mantiene relaciones homosexuales y ejerce la prostitución homosexual en Washington, en dónde viola a un niño y asesina a su primera víctima. En 1898 se casa con una muchacha 9 años menor que el, de este matrimonio resultan 6 hijos. Increíblemente Albert Fish fue un buen padre para ellos. Sus hijos fueron testigos de innumerables actos extraños y bizarros por parte de su padre, pero éste jamás abusó o golpeó en mala manera a alguno de ellos. Al menos eso es lo que se sabe al día de hoy. La mujer de Fish lo abandona para irse con un sujeto de nombre John Straube y al parecer ella tampoco era de lo mas sano mentalmente hablando. Años después aún con su amante por un lado, pide a Fish que regresen. De nuevo desaparece la señora Fish para nunca volver a ser vista por sus familiares.
Albert Fish se dedica a pintar y a decorar interiores para ganarse la vida y viaja por 22 estados de la unión americana, lugares donde se empleaba temporalmente. Muchas veces era despedido cuando surgían 'problemas' con los niños del lugar. Fish estaba obsesionado con el dolor y hacer daño a los demás, especialmente los niños eran el objetivo de sus perversiones. Los afroamericanos eran su especialidad debido a que en primera, eran los de condición más humilde y segundo porque a las personas de origen negro no se les tomaba en consideración cuando se quejaban. Así que nadie haría gran cosa para investigar o castigar a Fish por sus ataques y crímenes.
Oficialmente, fue detenido ocho veces: la primera por tentativa de estafa, luego por robo, por pago con cheques sin fondos, por cartas obscenas a los anuncios de agencias matrimoniales de los periódicos. Lo internan tres veces en un hospital psiquiátrico, dejándolo salir al poco tiempo en cada ocasión tras considerar que no es peligroso ni está loco, sino que simplemente sufre una personalidad psicopática de carácter sexual.
Todas y cada una de las fechorías de Fish fueron en si una tragedia. Pero ninguno de sus crímenes pudo entrar a la historia como el del asesinato de la niña Grace Budd ocurrido en el año de 1928. Caso que fue ampliamente documentado e investigado por la policía hasta atrapar al asesino.
Las confesiones de Albert Fish fueron escuchadas por numerosos oficiales y psiquiatras, siendo la mayor parte una inenarrable serie de depravaciones que nadie hubiera creído a no ser porque los detalles fueron corroborados uno tras otro. Y resultaba mas increíble aún considerando el aspecto débil y decrépito del psicópata que la policía tenía ahora bajo custodia.
El doctor Fredric Wertham estableció que la perversidad mostrada por Albert Fish no tenía siquiera paralelo alguno en los anales de la siquiatría. El sadomasoquismo contra los niños, especialmente los varones era parte fundamental de su desequilibrio sexual. Inclusive Fish comentó al Dr. que siempre había tenido gran deseo de hacer daño y de recibirlo también. Parecía disfrutar de todo lo que fuera doloroso. Cualquier cantidad de deplorables actos con sus órganos excretores eran la norma del señor Fish, quien gustaba de colocarse trozos de algodón saturados de alcohol para luego prenderles fuego. Actividad que también inflingía regularmente a sus víctimas infantiles.
Es condenado a la silla eléctrica y ejecutado en la prisión de Sing Sing el 16 de enero de 1936.
Cuando se le preguntaba por la cifra exacta, respondía sonriendo: "Por lo menos cien".
Tubo una sorprendente reacción después de ayudar a los guardias a colocarle los electrodos, y se mostró entusiasmado.
Albert Fish se llevaría a la tumba su mayor secreto, el número de personas que habría asesinado. Las opiniones de los psicólogos son contrastadas en ese aspecto, unos hablan de varios centenares de víctimas, mientras que otros estiman que no hubo más de cincuenta. Finalmente se le acusa de haber asesinado un total de 15 niños, la gran mayoría procedentes de las capas más pobres de la población
"Que alegría morir en la silla eléctrica. Será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado..."
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