viernes, diciembre 22, 2006

Diario de un emancipado (Primera Parte)

15 de diciembre

Ya lo he decidido: estoy harto, y voy a marcharme del nido. Mis padres asfixian mi personalidad, impiden mi formación adulta en completa libertad. Ya no soporto su tiranía opresora, su necesidad de llenarme de obligaciones… Todo esto se acabó: me marcho de casa.

1 de enero

Ya me he mudado. Entre dos amigos y yo hemos alquilado un apartamento, y hoy nos hemos trasladado. ¡Soy libre! Desde ahora no tendré que hacer mi cama todos los días, no tendré que mentir a nadie para dar explicación de dónde estoy ni a que hora volveré. ¡Libre!. Esta noche vamos a celebrarlo preparando nuestra primera cena en casa.

2 de enero

Ninguno de nosotros sabe cocinar. Anoche quemamos la cena, y no ha habido forma de despegar los restos de comida del fondo de la olla, así que la hemos tirado. No hay problema: encargamos una pizza y esta mañana he desayunado en el bar de abajo un bocata de calamares que sabe a algo mejor que el caviar: sabe a LIBERTAD, a independencia.

10 de enero

Ricardo se ha echado novia, y se la trae a casa por las noches. Es genial verles juntos, tan felices, disfrutando de completa independencia en su relación; y a ella le encanta nuestra situación de solteros emancipados. ¿Por qué esperé tanto tiempo para marcharme de casa?.

15 de enero

Juan Luis y yo hemos tenido nuestra primera bronca porque a las 5 de la mañana aún no había vuelto, y yo estaba muy preocupado. Cuando finalmente apareció, estaba como una cuba y me vomitó encima. Esta mañana le he regañado (podía haber llamado, al menos), y me ha dicho que yo no soy su madre. ¿Cómo puede ser tan irresponsable?. El vómito ha sido fácil de limpiar, ya que nuestro salón posee un práctico sumidero. Un buen manguerazo y asunto resuelto…

22 de enero

Empiezo a pensar que mis compañeros de piso son un tanto descuidados con la limpieza. Los platos se acumulan en el fregadero, el desagüe de la ducha ya no traga bien, no queda papel higiénico… Cuando les he comentado lo de organizar turnos de limpieza me han dicho que no les molesta la suciedad, que no se han emancipado para limpiar. Y tienen razón: respetaré su anhelada libertad como ellos respetan la mía. Ya no quedan cacerolas, víctimas de nuestros experimentos culinarios. Empiezo a estar un tanto harto de las pizzas…

27 de enero

Juan Luis y yo hemos dado un ultimátum a Ricardo: o deja a su novia, o se marcha. La tía es insoportable: jadea por las noches y no nos deja dormir, desayuna con nuestra leche y deja el cartón vacío en el frigo, ha ocupado NUESTRO sillón, deja su ropa interior en NUESTRA lavadora (total, como si aquí hiciéramos colada…). Hoy la gota que ha colmado el vaso ha sido la compresa que ha atascado nuestro retrete, y ninguno quiere responsabilizarse. Ni Juan Luis ni yo pensamos llamar al fontanero, Ricardo se acabará cansando y cederá…

2 de febrero

Mi jefe me ha advertido hoy en la oficina sobre mi aspecto: camisas arrugadas, trajes llenos de lamparones, olor desagradable… Como se nota que él se emancipó para casarse. Carca.

16 de febrero

La mierda ha desbordado nuestro apartamento: el frigorífico ya no se puede abrir, el horno está lleno de cajas de pizza, en el fregadero una cosa verde ha emergido y nos mira amenazadoramente… Hay humedades por toda la casa, el polvo no nos deja ver la tele, hay un olor acre por todo el apartamento….. El baño es insalubre: los desagües no tragan, el retrete continua atascado y para peinarse hay que limpiar el moho del espejo con la mano. La situación se está volviendo insoportable. Vamos a tener que hablar los tres muy en serio.

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2 comentarios:

ana dijo...

Me encantó tu blog, sobre todo cuando este diario me hizo reír tanto.
Felicidades

xenara dijo...

Muy bueno yen, me he tronchado de la risa (casi me meo, es buenisimo este diario, y tu blog es genial.


Un saludo.