
Intentando huir del dolor, se trasladó a California donde gracias a su gran fortuna heredada compró una gran mansión. Un día, una adivina le dijo que sobre ella pesaba la maldición familiar de los Winchester. Todas aquellas personas muertas por un rifle Winchester la perseguían, pero ella no moriría mientras se mantuviera reformando la mansión.
Sarah ordenó la remodelación de la casa que no cesaba ni durante noche, ni ningún día durante los últimos 38 años. Como no había planos , la casa se convirtió en un auténtico laberinto

La casa cuenta con 4 plantas, 2 sótanos, 120 habitaciones, 40 dormitorios, 467 puertas, 40 escaleras y 17 chimeneas encontradas.
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